La tradición en Platón
Pedro Amorós
Prólogo de Luc Brisson
(Aqueronte, 10)
310 páginas 19,95€
ISBN: 978-84-16107-36-0
Afirma en el prólogo el eminente Luc
Brisson: "Pedro Amorós propone en La tradición
en Platón una aproximación original a Platón,
no tanto literaria o filosófica como antropológica, en
la línea desarrollada por la Escuela de París representada
por Jean-Pierre Vernant, Pierre Vidal-Naquet y Marcel Detienne, y a
la cual yo mismo he pertenecido. (
) Pero ¿qué es
la tradición? Se puede decir que es un conjunto colectivo de
saberes y de valores transmitidos en una comunidad determinada de generación
en generación. Estos saberes y estos valores, anónimos
por definición, no son objeto de exposiciones ni de tratados;
son ilustrados, o más bien puestos en común, a través
de relatos comunicados de un individuo a otro o a un grupo. (
)
El uso de la escritura explica en la Grecia antigua la aparición
de dos géneros literarios: la historia y la filosofía.
Platón vivió en un mundo donde la escritura se había
impuesto definitivamente: se ponen, entonces, por escrito las leyes,
las obras teatrales, la historia, los discursos en la Asamblea y el
Tribunal. Y es en este contexto cultural, después de Sócrates
-que no había escrito nada-, cuando Platón quiere imponer
un nuevo género literario, la filosofía, que él
define por oposición a la tradición que estudia y critica".
Pedro Amorós nos ofrece no sólo el acercamiento a Platón,
sino el retrato de un mundo, de una forma de ver la realidad, que entronca
con los padres de nuestra civilización. Ante el olvido de Occidente
de sus raíces culturales, Pedro Amorós nos las devuelve
y nos hace ver hasta qué punto somos hijos y herederos de un
mundo que pretenden que olvidemos. Y en ese recuerdo, el lector descubre
la trascendencia de la vida humana.
Doctor en Historia Antigua por la Universidad de Murcia y eminente crítico literario. Ha publicado las novelas La extraña victoria (II Premio Oscar Wilde de Novela Breve), Bajo el arco en ruina y El recodo del río; la obra de teatro Beatriz Cenci, una historia romana; y los ensayos Jano ante el espejo (II Premio Rara Avis de Ensayo) y La tradición en Platón. Ha participado en diversos libros colectivos: Microantología del microrrelato I y II, Antología del relato negro I y II, Yo también escuchaba el parte de RNE, Las estratagemas del amor, Hiroshima Truman, Nueva York y 2099.
Pedro Amorós propone en La tradición
en Platón una aproximación original a Platón,
no tanto literaria o filosófica como antropológica, en
la línea desarrollada por la Escuela de París representada
sobre todo por Jean-Pierre Vernant, Pierre Vidal-Naquet y Marcel Detienne,
y a la cual yo mismo he pertenecido. La aproximación antropológica
de la Escuela de París no puede estar al mismo tiempo separada
de las investigaciones llevadas a cabo en otros lugares por Moses Finley,
Jack Goody y Arnaldo Momigliano entre otros.
Pero, para empezar, ¿qué es la tradición? En general,
se puede decir que es un conjunto colectivo de saberes y de valores
transmitidos en una comunidad determinada de generación en generación.
Estos saberes y estos valores, anónimos por definición,
no son objeto de exposiciones ni de tratados; son ilustrados, o más
bien puestos en común, a través de relatos comunicados
de un individuo a otro o a un grupo.
En una primera época, esta transmisión no pudo ser más
que oral. Pero como toda transmisión oral implica una pérdida
de información se sintió muy pronto la necesidad de especialistas
del discurso, los poetas, quienes, para preservar mejor el contenido,
dieron forma a estos relatos imponiendo un metro y acentuando fórmulas
recurrentes. Parece que no fue más tarde del siglo IV cuando
las composiciones de estos poetas fueron consignadas por escrito. La
aparición de la escritura modificó radicalmente la relación
de los antiguos griegos con el conocimiento. En una civilización
de la oralidad, la última versión de un relato es la buena.
Pero cuando la escritura fija un relato sobre un soporte la comparación
entre las versiones se convierte en un hecho y la crítica se
impone de forma inevitable, pues todo texto escrito en el cual se ha
inspirado puede ser discutido sobre un punto u otro. El uso de la escritura
explica, pues, en la Grecia antigua la aparición de dos géneros
literarios: la historia y la filosofía.
Platón vivió en un mundo donde la escritura se había
impuesto definitivamente: se ponen, entonces, por escrito las leyes,
las obras teatrales, la historia, los discursos en la Asamblea y el
Tribunal
Y es en este contexto cultural, después de Sócrates
-que, sin embargo, no había escrito nada-, cuando Platón
quiere imponer un nuevo género literario, la filosofía,
que él define por oposición a la tradición que
estudia y critica. Platón, en efecto, concede un nombre a estos
relatos que transmite la tradición, "mitos (mûthoi)",
y les hace dos reproches: son relatos que no tienen nada que ver con
una argumentación rigurosa; y son inverificables debido a su
alejamiento en el tiempo y en el espacio. La filosofía debe tomar
el relevo; haciendo tabla rasa del pasado pretende crear un discurso
argumentativo y verificable. Dicho esto, esta aproximación antropológica
a Platón, que rechaza la interpretación alegórica
de los mitos teniendo en cuenta que no son portadores de verdad, aporta
mucho a una comprensión de los diálogos.
En un plano ético, Platón critica ciertos valores transmitidos
por el mito, tal como se ve en los libros II y III de la República.
Pero todo el sistema retributivo de la ética platónica
se fundamenta en los mitos escatológicos que evocan el juicio
de las almas (en el Gorgias, el Fedón y la República
sobre todo) y sobre la idea de metempsicosis (en el Fedro y el
Timeo).
Por lo que se refiere a la política, Platón tiene en cuenta
aquello que la tradición pretende saber acerca del pasado (en
el Critias y en el libro III de las Leyes). Más aún,
el mito llega a ser un instrumento en el dispositivo mismo del poder.
En la República (en el libro III, 414b-415c), el mito
de la autoctonía y el mito de las razas permiten resolver un
problema insoluble sobre un plano racional: ¿cómo asegurar
la unidad de una ciudad dividida en tres grupos, estando los dos grupos
superiores radicalmente separados del tercero? Y en las Leyes, cada
ley que formula una obligación y que enumera las penas para aquellos
que no respetan dicha obligación, está precedida por un
preámbulo que puede ser un mito o una exhortación retórica,
y que está destinado a persuadir al ciudadano antes de que atesore
la idea de infringir la ley. En otros términos, las leyes escritas
se fundamentan en la costumbre, que constituye la trama.
En realidad, es necesario relacionar toda la metafísica platónica
con el mito. En el Fedro se encuentra la exposición más
larga e interesante sobre el alma y sus peregrinaciones, antes y después
de su reencarnación. Ahora bien, Platón confiesa aquí
su incapacidad para ofrecer una definición argumentada del alma;
se limita a proponer una imagen, la de un auriga subido a un carro alado
tirado por dos caballos, a quien sigue un cortejo de dioses y daimones
que van a contemplar la realidad inteligible más allá
de la esfera del mundo, antes de caer en una serie de cuerpos terrestres.
Todo esto se desprende del mito por una razón bien evidente.
El alma es una realidad intermediaria entre lo sensible y lo inteligible,
los dos únicos dominios donde la verdad es posible. En definitiva,
los dos elementos que caracterizan el pensamiento de Platón,
a saber, el alma que puede estar separada de todo cuerpo terrestre y
las formas inteligibles que sólo puede contemplar el intelecto,
la "parte" más elevada del alma, se desprenden del
mito. En otro diálogo, en el Menón (81a-b), Platón
reconoce estar inspirado, en estos temas, por "sacerdotes y sacerdotisas"
que no es posible identificar. Aún siendo evidente que el filósofo
ha transformado las tradiciones religiosas en las que se inspira, no
es menos evidente que su pensamiento echa raíces en dichas tradiciones.
Todo esto contribuye a resaltar la originalidad y la importancia del
libro de Pedro Amorós, que se interesa por el papel jugado por
el mito en Platón, en el plano ético y político.
Las notas largamente desarrolladas y el anexo bibliográfico permiten
al lector comparar el planteamiento de Pedro Amorós con el de
otros investigadores y, de este modo, valorar el trabajo desarrollado.
(Luc Brisson)