"La guerra civil es un tema que todavía no se ha cerrado en España"
P.- En Pasajes
a Orán tratas un momento terrible de la guerra civil
española: ¿Cuál fue y qué huella te dejó?
R.- La obra habla sobre los últimos días de la guerra
en un refugio de Alicante. Trato temas como los deseados pasajes para
coger el último barco que partiría al exiligo, el famoso
Stanbrook, la situación de las ciudades de retaguardia durante
el conflicto, la generación de artistas que se perdió
para siempre, los derechos de la mujer y de los homosexuales
Pero
quizás, lo que más huella dejó en mí fue
el tema del bombardeo del Mercado Central de Alicante a manos de la
aviación de Mussolini. Se trata del peor bombardeo sobre población
civil de la guerra española, y sin embargo, es uno de los más
olvidados. Me impactó mucho leer y escuchar los relatos de algunos
protagonistas, que narraban como un riachuelo de sangre bajaba por la
rambla alicantina desde el mercado hasta la playa.
P.-El miliciano, Lorca
¿Cuáles son los protagonistas
de esta historia?
R.- En realidad se trata de una obra coral. El miliciano y el poeta
son, de alguna forma, el hilo conductor a través del cual se
desarrollan las tragedias de la pintora, del director, del dramaturgo,
del compositor, del pintor y de la niña. Siempre me ha gustado
que en mis obras todos los personajes tengan algo que decir, que no
estén vacíos de contenido, que, aunque cortos, sean papeles
interesantes de interpretar para cualquier actor.
P.-¿Qué razones crees que hay para seguir tratando en
literatura la guerra civil española?
R.- La guerra civil es un tema que todavía no se ha cerrado en
España. Sus efectos siguen coleando de alguna forma u otra. Además,
como historiadora tengo la firme creencia de que los episodios más
terribles de la humanidad no deben ser olvidados nunca, ya que, como
bien es sabido, todo aquello que se olvida tiene grandes posibilidades
de ser repetido. Y la literatura, en especial el teatro, es un antídoto
contra el olvido muy poderoso.
P.-¿Cómo fue el estreno de esta obra?
R.- El estreno lo llevó a cabo la compañía Melpómene
Dacria de Elche en el año 2015. Fue muy emocionante porque muchas
personas, una vez finalizada la función, se acercaron a la compañía
para dar las gracias por haber mostrado una episodio de la guerra que
desconocían, tratando el tema desde el más absoluto respeto
hacia las víctimas. Y lágrimas también, hubieron
muchas lágrimas.
P.- Posteriormente publicaste Solos
en la cumbre. ¿Una historia sobre el fútbol o
algo más?
R.- Solos en la cumbre plantea el tema de la homofobia dentro
del mundo del fútbol. En esta obra capto un momento que, de no
ser por el drama que conlleva, podría ser casi anecdótico:
el momento en el que, tras un partido entre el Real y el Atlético
de Madrid, uno de los jugadores roba la pistola a un policía
y se encierra en el vestuario bajo amenaza de suicidio. A partir de
ahí, y de la entrada del otro protagonista de la obra, el lector
podrá ir conociendo las circunstancias, los deseos y las frustraciones
de ambos personajes.
P.- ¿Quiénes son los protagonistas?
R.- Los protagonistas son Álex y Quiroga, capitanes del Atlético
y del Real Madrid. Dos hombres que tienen fama, dinero, prestigio social
y hasta una relación de pareja que, en otras circunstancias,
sería casi perfecta. Pero, en el fondo, no son más que
dos víctimas de la sociedad que no pueden aspirar a lo más
básico de la esencia humana: la libertad de ser uno mismo.
P.-¿Por qué optaste por plantearla como un drama?
R.- En realidad porque a mí me encanta el drama. Además,
este tema no lo podía concebir dentro de la comedia. Puede parecer
algo trivial, pero para mí es algo muy importante. Si Karl Marx
levantara la cabeza, a buen seguro que cambiaría su famosa por
algo así como "el fútbol es el opio del pueblo".
La importancia que se da hoy día a este deporte es francamente
estratosférica. Los futbolistas han adquirido una categoría
de héroes, de seres intocables, que llega hasta asustar. No importa
si defraudan al fisco español o si son culpables de algo tan
grave como la violencia de género. ¿Cómo no dar
importancia a esos hombres que son el modelo a seguir de nuestros jóvenes?
Lo que pasa en un campo de fútbol es sagrado, y a mí me
parece muy grave y peligroso, ya que en las gradas he visto como afloraban
los peores sentimientos del ser humano (machismo, xenofobia, racismo,
homofobia, arranques de violencia
).
P.-Hay un relato tuyo en la Antología
Negra V, Matar a quienes manejan la economía. ¿Quiénes
son los protagonistas y de qué trata?
R.- El relato se titula Ritual de sangre. Los protagonistas son
Gabriel, un joven desencantado con la vida en general, y todo un señor
ministro
o bueno, lo que queda del ministro. Es una historia donde
el pueblo, representado por Gabriel, no ve otra salida que tomarse la
justicia por su mano ante los abusos y la desprotección que ejerce
clase dirigente sobre él.
P.- ¿Por qué a lo largo de tu obra parece hacer dos
constantes, como son el tono dramático y el trasfondo histórico
-o al menos historias que van más allá de un momento puntual-?
R.- El drama es mi lenguaje. Me siento muy cómoda con él,
aunque soy muy consciente de que me estoy perdiendo todas posibilidades
que ofrece la comedia, y sé que algún día tendré
que aventurarme por esos lares. La Historia, por su parte, además
de mi profesión también es una de mis grandes pasiones.
Me parece fascinante rescatar pasajes del pasado, personajes que hoy
día, gracias al teatro, todavía pueden contactar de tú
a tú con el espectador. Porque el teatro está vivo y,
además, da vida