El anillo del rey Salomón
AUTOR: Konrad Lorenz
(Rara Avis, 3)
8 Euros - 96 Pág.
ISBN: 84-932976-8-X
Ediciones Irreverentes publica la obra del
etólogo y Premio Nobel de Medicina Konrad Lorenz: El anillo
del rey Salomón.
Konrad Lorenz, afirmó, con cierta ironía, tras vivir dos
guerras mundiales: Creo haber encontrado el eslabón perdido
entre el chimpancé y el hombre civilizado; somos nosotros.
Lorenz es uno de los padres de la etología o ciencia del comportamientos;
una reciente disciplina surgida de la biología, que logró
reconocimiento universal tras el Premio Nobel recibido por Lorenz.
El anillo del Rey Salomón es una obra de gran interés,
en la que hace un estudio sobre la comunicación y la violencia
en los animales, así como su relación con el ser humano.
En muchos casos, las consecuencias que obtiene en sus estudios con animales
son extrapolables al hombre. Si se pone en una situación similar
a animales de una misma especie se verá que mantienen comportamientos
similares a los que podríamos llamar formas estables de comportamiento.
En los grupos de animales, como en los humanos, hay jerarquías,
déspotas, enfrentamientos territoriales o por una hembra, y signos/mensajes
invariables para cada necesidad, lo que podríamos llamar un lenguaje.
El libro analiza los comportamientos animales en dos aspectos claves:
comunicación y violencia, aspectos en los que no difieren tanto
del ser humano como se podía pensar.
Lorenz utiliza con acierto la leyenda según la cual el rey Salomón
podía mediante el uso de un anillo comprender el lenguaje de
los animales y ser entendido por ellos. Sin ningún anillo, con
la simple observación, se puede comprobar cómo es posible
entender los lenguajes de los animales y descubrir como algunos de los
considerados más frágiles pueden convertirse en los animales
más despiadados de la creación, lo que no es sino una
metáfora de cómo los seres humanos pueden convertirse
en asesinos o en líderes políticos capaces de organizar
una guerra tan sólo porque han perdido los mecanismos de inhibición
de la violencia que poseen animales de tan escasa buena imagen como
es el caso del lobo.
Konrad Lorenz afirma: Sólo hay un ser que dispone de armas
que no han crecido con su cuerpo y de las cuales nada saben en sus formas
innatas de comportamiento; de aquí que no existan las consabidas
y eficaces inhibiciones. Este ser es el hombre. Incesantemente aumenta
el poder mortífero de sus armas. Sin embargo, los instintos y
las inhibiciones innatas necesitan para desarrollarse, espacios de tiempo
comparables a los que se requieren para adquirir nuevos órganos,
o sea, períodos de una longitud tal que sólo están
acostumbrados a ellos los geólogos y los astrónomos, pero
de ningún modo los historiadores. (
) Día vendrá
en que cada uno de los contendientes será capaz de aniquilar
al adversario. Puede llegar el momento en que la Humanidad se encuentre
dividida en dos bandos con estas características. ¿Nos
comportaremos entonces como las liebres o como los lobos? El destino
de la Humanidad dependerá de la forma en que se resuelva esta
pregunta. Existen motivos de preocupación.