
Artículo de Miguel Ángel de Rus, publicado por Cambio 16.

Miguel Angel de Rus es autor de novelas como Dinero, mentiras y realismo sucio y Europa se hunde y de libros de relatos como Cuentos Irreverentes, Evas, Putas de fin de siglo y Malditos
No todos los escritores han logrado éxitos
de ventas como Harry Potter, ni todos pueden presumir de ganar cantidades
de dinero equiparables a las que EVASreciben Pérez Reverte o
Antonio Gala por sus novelas. El modelo de autor que vive desahogadamente
de sus novelas, que pasa las noches de fiesta en fiesta paseando a su
jovencísima cuarta mujer y cuya residencia parece sacada de una
revista de decoración tiene más que ver con los escritores
anglosajones de masas, como Stephen King, Michael Crichton, Tom Clancy
y John Grisham que con los verdaderos escritores. Independientemente
de la calidad, la mayor parte de autores de reconocida valía
viven de un trabajo, no de los derechos de autor generados por sus libros.
En España, país en el que el mercado del libro es pequeño
(sólo equiparable en Europa, para nuestra desgracia, con el de
Portugal, Irlanda y Grecia) un autor tan importante como Luis Mateo
Díaz vive de su trabajo en el Ayuntamiento de Madrid. Otro destacado
novelista, Juan Manuel González, es periodista de la Agencia
Efe, y un destacado autor de cuentos, Medardo Fraile, a quien la editorial
Páginas de Espuma acaba de publicar sus Cuentos completos,
ha trabajado una gran parte de su vida como profesor universitario en
Escocia. El escritor Fabricio de Potestad, autor de, entre otras, la
extraordinaria novela El vidente, ha sido consejero de Sanidad
del Gobierno de Navarra y tiene en la actualidad responsabilidades públicas
en la sanidad navarra y el Catedrático en Teología y profesor
José Fernández Arenas, es autor de novelas como El
Nacional Seminarismo
Tampoco es de extrañar que un autor teatral de los más
importantes de España durante las dos últimas décadas,
José Luis Alonso de Santos, a pesar de recientes éxitos
como la publicación de su obra El romano, un divertidísimo
monólogo, tenga que seguir trabajando en la dirección
de escena en el Festival de Mérida se representará
su versión del Yo, Claudio- y que compatibilice el
trabajo de autor y director con su puesto como Director de la Compañía
Nacional de Teatro Clásico.
Otro de los autores teatrales españoles más importantes
de las últimas décadas, Francisco Nieva, quien recientemente
ha recibido el premio de Novela Ducado de Loeches, por su obra La
mutación del primo mentiroso", a pesar de ser un novelista
y escritor teatral consagrado, sigue trabajando como escenógrafo;
el Académico de la Lengua es responsable de la escenografía
de dos obras, «La mala sombra» y «El mal de amores»,
que se han estado representando recientemente en Madrid, en el Teatro
de la Zarzuela. Nieva reconoce que no le supone ningún problema
compaginar el trabajo de escritor con el de escenógrafo, Siempre
que me he comprometido a una puesta en escena, he tenido que movilizar
al pintor. Como pintor, considero que no soy una maravilla, pero la
pintura me sirvió de mucho, tanto para escribir teatro, como
para hacerlo materialmente, resolviendo sus problemas de visualización
de un concepto dramático determinado. Escribiendo dibujo siempre
mis ideas. Para Manuscrito encontrado en Zaragoza me obligué
a pintar de nuevo y me costó muchas angustias acabar el proyecto
a mi entera satisfacción.
Es frecuente ver que destacados escritores compaginan la creación
con el trabajo en las instituciones públicas; el poeta y traductor
Luis Alberto de Cuenca ha sido Secretario de Estado de Cultura, Jon
Juaristi ha sido director del Instituto Cervantes y Luis Racionero de
la Biblioteca Nacional, puesto en el que le sustituye la Premio Planeta
Rosa Regás. Aunque muchos consideran peligrosa la relación
del creador con el poder; el escritor debe cambiar el mundo y la institución
pretende mantenerlo igual.
La doble dedicación a trabajo y literatura no es extraña.
Si miramos en la historia reciente, podremos encontrar casos muy significativos,
como el de Juan Benet, ingeniero, el de Antonio Machado, quien trabajó
como Catedrático de Francés o el de Miguel Hernández,
pastor y poeta.
Los países de habla hispana y el escritor-funcionario
En Iberoamérica, la situación
es peor que la española. Pensar en vivir de la literatura es
una ingenuidad, dándose muchos casos de los que se podía
denominar el escritor-funcionario; el escritor busca un trabajo en el
Estado, mal pagado, pero seguro y muy traquilo, para poder seguir creando.
Es un curioso acercamiento entre las figuras del poder y los intelectuales.
A través de privilegios o ciertas concesiones, el gobierno logra
acercarse a sus escritores", según el escritor Hernán
Lara Zavala. El crítico literario Evodio Escalante asegura que
es habitual que "los intelectuales acumulen un poder que el gobierno
les confiere, como Octavio Paz, que acumuló un poder que se construyó
durante muchos años, y que contrasta con casos como el de Borges,
que no tenía poder" La tranquilidad económica se
consigue, pues, por medio de la sumisión.
Asegura Hernán Lara Zavala que en México casi todos los
escritores tienen compaginar el trabajo y su carrera como autor. "Es
raro el caso de un escritor que se dedica tan sólo a la escritura,
como en el caso de Carlos Fuentes, Paco Ignacio Taibo II o Juan García
Ponce." La afirmación es buena, pero no exacta. Pablo Neruda
y Octavio Paz fueron diplomáticos en Asia, Mario Vargas Llosa
y Guillermo Cabrera Infante en Londres y Carlos Fuentes catedrático
en universidades de Estados Unidos.
5,3 libros por cada español y año
Según los últimos datos de la Federación del Gremio
de Libreros, se vendieron 226.619.558 libros en el año 2002,
lo que supone una media de 5,3 libros por español y año,
incluyendo las compras de libros para Bibliotecas y los comprados por
empresas e instituciones. Si tenemos en cuenta que cada año se
editan más de 60.000 títulos y unas 13.000 reediciones,
es fácil llegar a la conclusión de que cada libro tiene
una venta media de 3.000 ejemplares. Así pues, resulta imposible
vivir de la propia obra.