

La famosa serie de TVE Acacias 38 recoge la
vida de Inocencia, una niña Expósito, abandonada al nacer,
una historia nada extraña, pues decenas de miles de bebés
fueron abandonados en el siglo XIX, según la web de TVE, aunque
la cifra más exacta se contaría por cientos de miles debido
a la extrema pobreza de gran parte de la sociedad española. Y
como es lógico, para hablar de los niños Expósitos,
se dirigieron al escritor y médico Manuel Cortés Blanco,
quien ha escrito la gran novela sobre este tema,
Mi planeta de chocolate, que trata de la historia de los niños
españoles que durante la guerra civil fueron enviados a México
para evitar su muerte.
Casi 74.000 personas tienen Expósito por primer apellido en la
actualidad, lo que indica claramente la importancia del fenómeno
de abandono de niños en España hasta bien entrados los
años 50 del S.XX.
Inocencia es el nombre que elige Manuela para su hija, una niña
a la que se ve obligada a dejar en un convento. Las circunstancias que
vive la protagonista de 'Acacias 38' le impiden llevar a la recién
nacida con ella, por lo que, entre lágrimas, deja a la chiquilla
al cuidado de las monjas. 'Es lo mejor para ella. Morirá de frío
o hambre', le dice su madre para convencerla de que deje allí
a la niña. Una escena dura que retrata una realidad que vivieron
decenas de miles de bebés allá por 1899: los llamados
'niños expósitos'.
Abandonados bajo ley
AAfirma la web de RTVE, que a finales del siglo XIX, los abandonos de niños en hospicios estaban regulados por ley. De hecho, en todas las ciudades de renombre había, al menos, una 'casa cuna' o 'casa de expósitos'. Las normas de la época establecían que, en cada distrito, hubiera 'una de esas casas con torno para los muchos niños que se exponen, a fin de tener la mujer la libertad de depositar en él a su hijo sin ser vista por la persona que lo reciba, habitualmente una monja'.

Manuel Cortés Blanco, médico y autor del libro Mi planeta del chocolate, cuenta que aquellos lugares 'disponían de un plato inferior a modo de cesto, junto a una campanilla que la madre hacía sonar al depositar sobre él a su retoño'.
En el capítulo de estreno de Acacias 38, vemos cómo Manuela deja escrito el nombre de la pequeña, Inocencia, en un papel que cuelga de la pared. 'Aún cuando no fuera norma, teniendo en cuenta las tasas de analfabetismo de la época, es cierto que algunas casas disponían de lápices y papel por si hubiera algún detalle que anotar', reconoce Manuel Cortés Blanco, quien plantea que lo más normal era dejar al niño abandonado con una cruz, un collar, algo que sirviera para identificarle, porque la mayor parte de las mujeres que abandonaban a los niños eran analfabetas..
Aunque no hay datos concretos sobre la cantidad de niños que
fueron abandonados en hospicios, se sabe que fueron decenas de miles.
'Sólo para la provincia de León, se ha estimado que los
tres hospicios que había llegaron a albergar a 50.000 chiquillos
abandonados. Si extrapolamos esa cantidad para el resto de España,
podemos deducir la importancia de este hecho en la sociedad de su momento',
explica el autor de Mi
planeta del chocolate.
También era una realidad que muchas madres trataban después
de recuperar a sus hijos. Para ello, dejaban a los bebés con
alguna señal, como vemos en 'Acacias 38' cuando Manuela cuelga
una medalla a Inocencia. 'Tenían la esperanza de poder rescatarlos
cuando la situación mejorase', señala el escritor y doctor
Cortés Blanco.
De origen romano
Sobre el origen del termino 'expósito' hay diferentes interpretaciones. Una de ellas nos lleva hasta el Imperio Romano. 'Allí el paterfamilias, amo absoluto de su casa, podía ejercer el derecho ius exponendi de la potestas patria consistente en sacar de su hogar al hijo no deseado, dejándolo fuera para que muriese o hasta que alguien finalmente lo acogiera. De ahí el origen probable de un término (Ex pósitus, puesto fuera)', relata Cortés Blanco. Por cierto que a esta costumbre romana ya se refirió Tertuliano. "Es ciertamente más cruel que matar... abandonando a los críos a la intemperie y al hambre de los perros", fueron las palabras del escritor.
Más de 70.000 'expósitos' en España
Según la Estadística del Padrón
Continuo del Instituto Nacional de Estadística, a 1 de enero
de 2013, 73.957 personas llevaban en España el apellido 'Expósito',
ya sea en primer lugar, de segundo apellido o en ambos casos. A esas
casi 74.000 personas hay que sumar los 390 'Espósitos' que viven
en nuestro país.
Unos y otros son descendientes de aquellos niños que, como Inocencia,
tuvieron que ser criados lejos de sus padres y a los que, al no saber
el nombre de sus progenitores, se les inscribía como 'expósitos'.
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reportaje de Manuel Cortés Blanco sobre los niños abandonados
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