Antología del relato negro II
(Narrativa, 80)
18€ - 272 páginas ISBN: 978-84-96959-71-2
Ya lo dijo Chandler, la novela negra es la dedicada
al mundo del crimen. Aunque para otros autores es más bien la
investigación de los actos criminales, del modus operandi, de
las pistas dejadas, la caza del criminal. La separación de los
límites entre el bien y el mal está difuminada, todos
podemos ser culpables o víctimas, y en ese mundo de sombras nos
movemos sin comprender que podemos estar viviendo nuestros últimos
segundos.
Tras el éxito de la Antología
del Relato Negro I de Ediciones Irreverentes aparece este segundo
volumen dispuesto a indagar en los rincones más negros del alma
humana, nuestros odios, el deseo de venganza, incluso la muerte como
liberación, con especial atención a nuevos fenómenos
delictivos, como los crímenes masivos del narcotráfico
en México y Colombia. Tras cada esquina se esconde un enemigo,
un posible asesino y sus métodos delictivos son cada vez más
violentos, más terribles.
Son quince propuestas de narrativa muy negra, que parten de los tiempos
en que comenzaba a gestarse este género literario, con autores
inmortales como Arthur Conan Doyle, Marcel Schwob, Ambrose Bierce
y Wilkie Collins y con nuevos valores de la literatura creada en
español que deslumbran por su pujanza: Raúl Hernández
Garrido, Pedro Amorós, Manuel A. Vidal, Andrés Fornells,
Carlos Augusto Casas, José Manuel Fernández Argüelles,
Manuel Villa-Mabela, Manuel Amorós, Alvaro Díaz Escobedo,
José Enrique Canabal y Miguel Ángel de Rus.
Escenarios para el crimen son el tren, tugurios, camas de pensión,
nuestros cuentos infantiles, el juzgado, la frontera entre México
y Estados Unidos o el interior de cada una de nuestras almas putrefactas.
Dentro de cada uno de nosotros late el deseo de matar a alguien. Sólo
lo más valientes traspasan las leyes para llevar a cabo aquello
que anhelan. Son los protagonistas de estos relatos.
La Antología del Relato Negro II es una apuesta valiente,
desinhibida, terrible en ocasiones, para los amantes del crimen y de
los recovecos del alma humana, que sin duda sabrán degustar los
paladares más selectos.