Malditos
Autor: Miguel Ángel de Rus
(Narrativa, 10)
12 euros - 160 páginas
ISBN: 978-84-932376-1-5
Malditos es uno de los éxitos más
destacados de Ediciones Irreverentes. Fue presentado por el secretario
de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca. En Malditos
el lector encuentra dos partes. En la primera se hace un homenaje a
escritores malditos franceses como Villiers de lIsle Adam, Barbey
dAurevilly, Boris Vian o Houellebecq. En la segunda parte, hay
una crítica satírica de algunos personajes y enfermedades
de nuestra sociedad actual, como los plagiadores, el nacionalismo o
el pseudoarte oficial. La primera parte, dedicada a la literatura maldita
francesa del siglo XIX, "es un homenaje, en pinceladas" a
autores como Barbey d'Aurévilly o Auguste Villiers "que
han influido en la literatura española", afirma el autor.
"Es una declaración de amor", explica De Rus, complementada
con una segunda parte, en la que el escritor reflexiona "sobre
la gente que tanto me molesta" -como "políticos nacionalistas,
inventores de patrias o corruptos"-, o sobre aquella sociedad interesada
más en la apariencia que en la realidad. Satiriza también
sobre "las farsas del arte moderno, especialmente ante la degeneración
del Museo de Arte Moderno de Nueva York". Miguel Angel de Rus,
afirma que "no retrato a una persona en concreto, no hay nombres,
sino que retrato una multitud. Pretendo retomar el espíritu crítico,
no tanto reflejar personajes determinados".
Por su parte, el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca,
destacó el papel del escritor en la "denuncia de los falsos
valores" a través de unos personajes "modelos reales
deformados" que satiriza en unos cuentos, con una retórica
y una estética narrativa "muy personal". De Cuenca
afirmó que Miguel Angel de Rus, hace una obra "muy ligada
a los clásicos, centrada en una sátira que debería
recuperarse" que ha desarrollado en una trayectoria profesional
"marcada por la originalidad".
Miguel Ángel de Rus según el
periodista José Cavero, se situó, un buen día,
en la viejísima y muy digna senda de los Juvenal -el crítico
de la Roma corrupta, vapuleador de la degradación de la moral
y las costumbres- y Quevedo, el gran satirizador, nada menos. Nuestro
de Rus, de profesión sus irreverencias, halla nuevas expresiones
de inhumanidad en unos cuantos llamados valores modernos, del tipo de
la velocidad, el liberalismo, el dinero como dios potentísimo
y la deshumanización creciente. De Rus, después de todo,
pretende también, o sobre todo, ser un profeta de los de antes,
aquellos que se mesaban los cabellos -y de ahí que se los deje
largos, largos y mesables-. Es un tanto iluminado, este de Rus, que
denuncia y fustiga el que haya un peculiar y variable criterio moral
para los poderosos y quienes les rodean y otro distinto, mucho más
estricto, para el pueblo llano y liso. Nuestro de Rus, saldría
con gusto con látigo al templo de los mercachifles, o se pondría
en una esquina, y hasta en lo alto de una columna, en pleno desierto,
a vociferar los males que nos aguardan si nuestro corazón sigue
endureciéndose. ¿Ven como tiene algo de profeta airado,
enfadadísimo, de profeta lanzallamas, desgreñado y enfadado
con la ducha, este elegantísimo dandy?
Los libros de Miguel Ángel de Rus han tenido las mejores críticas.
Sobre Putas de fin de siglo afirmó Luis Gª Berlanga
Me ha parecido espléndido, es un libro que se lee con frenesí.
Manuel Gutíerrez Aragón definió Dinero, mentiras
y realismo sucio como una obra que será un pequeño
o gran clásico de la nueva narrativa, pero es indudable que será
un clásico.