(San Francisco, California 1876- Glen Ellen,California
1916)
Fue marino, cow-boy, pescador y contrabandista. Viajó a Alaska,
empujado por la fiebre del oro. De regreso a San Francisco comenzó
a relatar sus experiencias. Publicó más de 50 libros de
gran éxito. En su obra combina un realismo brillante con un lúcido
escepticismo. Publicó, entre otros: El hijo del lobo, La llamada
de la selva, Los de abajo, La llamada del desierto, El lobo del mar,
Cuentos de la patrulla pesquera, Antes de Adán, El talón
de hierro, El mexicano, El vagabundo de las estrellas, El valle de la
Luna; Jerry de las islas, Asesinatos S.L. y Colmillo Blanco.
Escribió también los libros autobiográficos
El camino, Martin Eden y John Barleycorn. Es autor del ensayo
La gente del abismo. Siempre del lado de los trabajadores, London
en un principio fue socialista, lo cual describió en su texto
Como me convertí en socialista, London se unió
primero al Partido Socialista Laboral en abril de 1896. En 1901, abandonó
dicho partido y se unió al nuevo Partido Socialista de América.
Fue militante comunista y agitador político, aunque la influencia
de Nietzsche le llevó a formular que el individuo debe alzarse
frente a las masas y las adversidades. A menudo se despedía en
sus cartas con la frase "Vuestro para la Revolución"
En su narrativa y ensayo avisa del peligro de la expansión de
los pueblos asiáticos, sin embargo en su obra literaria muestra
gran simpatía por personajes mexicanos, asiáticos y hawaianos.
Aunque se dijo que su muerte fue un suicidio, posteriormente se ha afirmado
que murió de uremia.
Colección Narrativa, 96 La huelga general es uno de los
textos más vigorosos, actuales y comprometidos de Jack
London; en él, la clase obrera, harta de ser explotada
por los empresarios con la connivencia de políticos, jueces,
policía y ejército, demuestra a los millonarios
que no son ellos quienes crean riqueza, sino la clase obrera,
que sin los trabajadores la sociedad actual es inviable. Y lo
hace mostrando los estragos que causa una huelga general prolongada
en un club de amigos pudientes. Primero la deserción del
servicio, después el hambre, por fin el caos y ejército
y policía robando y huyendo en desbandada. Un ejemplo de
una historia que podría haber sucedido a comienzos del
S.XX y que sigue siendo no sólo actual, sino un ejemplo
para la adormecidos ciudadanos contemporáneos. |
Colección Narrativa, 131 Hay escritores que se fundan desde abajo, alejados de los salones literarios y las academias, de esos lugares donde colocan una alfombra roja para guiar el talento en ciernes, que se forjan por una pulsión contra un destino que no les esperaba en el parnaso de las letras. Jack London es uno de esos escritores. Porque nadie creyó que un hijo de clase baja, que a los quince años era un pandillero suburbial, el cual se emborrachaba y peleaba, que vendía periódicos para tener algún dinero, pudiese llegar a ser uno de los principales escritores norteamericanos y una referencia literaria mundial. Cuando murió con tan solo cuarenta años, Jack London había trabajado en los más diversos oficios, en un molino de yute, en una central eléctrica de ferrocarril, en una fábrica de enlatados, marinero, minero y buscador de oro, ladrón de ostras y luego miembro de una patrullera pesquera que perseguía a esos ladrones, traficante de opio y contrabandista de whisky, colaborador periodístico y corresponsal en Sudáfrica y Corea... Fue también vagabundo y preso, alcohólico, autor de best sellers que le hicieron multimillonario. Pero sobre todo fue escritor, autor de más de cincuenta libros, novelas, cuentos y ensayos. Y dueño de una biblioteca con más de quince mil volúmenes. (Pedro Antonio Curto). En este libro, el lector podrá encontrar algunos de los cuentos más destacados de London: Un millar de muertes, Amor a la vida, Bâtard, El burlado, Diente de ballena, El pagano, La Ley de la vida, La liga de los ancianos, Por el hombre que está en la pista, El silencio blanco y Encender una hoguera. Una joya, sin duda. |