2099 Antología de Ciencia Ficción
Edición de Miguel Ángel de Rus y Félix Díaz
González
Colección 2999. Nº: 0
ISBN: 978-84-15353-38-6 • 564 páginas • PVP: 24€
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En esta antología, Ediciones Irreverentes
ha reunido a grandísimos clásicosde la ciencia ficción,
como Ray Bradbury, Philip K. Dick, Arthur C. Clarke,Stephen
Baxter, Aleksandr Beliaev, Kir Bulychiov, Jules Verne y EdwardPage
Mitchell, junto a destacados autores de la ciencia ficción
actual, como Eduardo Vaquerizo, Erick Mota, Carlos Sáiz
Cidoncha o Félix Díaz González e importantes
escritores contemporáneos de España e Hispanoamérica.
58 autores de 14 países (Estados Unidos, Francia,
Rusia, Inglaterra, Argentina,Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España,
Honduras, México, Uruguay yVenezuela) se han reunido en
2099, la gran antología de relatos de cienciaficción
que Ediciones Irreverentes publica como número 100 de su
Colecciónde Narrativa.
El lector encontrará textos de ciencia ficción
clásica, de la edad de oro, textos distópicos o
anti-utópicos, ucronías, la nueva ola del comienzo
de los años 70, relatos cyberpunk, diesel punk, postcyberpunk,
steampunk, ciencia ficción centrada en el impacto de grandes
avances de la biotecnología, paralelismos entre la realidad
actual y futuros mundos posibles, ciencia ficción dura,
en la que los elementos científicos y técnicos están
tratados con el máximo rigor, incluso cuando éstos
entran dentro de la pura especulación, y, como era de esperar,
relatos negros acerca del futuro de la humanidad, de las sociedades
hiperindustrializadas y en franca decadencia.
Ediciones Irreverentes ha titulado esta antología 2099
en homenaje a 2001, una odisea del espacio; es de esperar que
a finales del S.XXI alguien lea este libro con el placer de descubrir
las esperanzas de los autores de nuestra época, las previsiones,
los temores, incluso los errores. Pero estos últimos sólo
el tiempo podrá decir si han sido errores nuestros o erroresde
ellos.
Justo antes de entrar 2099 en imprenta, el 5 de junio del 2012,
Ray Bradbury nos dejó. Por ello, Ediciones Irreverentes
considera esta antología un modesto homenaje a uno de los
autores más importantes de nuestra época.
ÍNDICE
Prólogo. ¿Qué es la ciencia
ficción? Félix Díaz González
Por unos watt de más. Erick Mota
La alfombra voladora- Nelson Verástegui
Tierra poblada de preguntas. Eduardo Vaquerizo
Los horribles terrestres. Carlos Sáiz Cidoncha
La máquina evangélica. Manuel Villa-Mabela
Espay 25, el mejor del mundo. Mar Cueto Aller
Aleteos. Pablo Vázquez
El alegato de Gaia. Jesús Yébenes Montemayor
Críopreservación reversible. Miguel Ángel
de Rus
El secreto de Zeos Francisco Javier Illán Vivas
El virus Joaquín Lloréns
La jornada de un periodista norteamericano en el 2889. Jules Verne
Las 7 maravillas del siglo XLI Francisco José Segovia Ramos
Seré leyenda. Santiago Bergantinhos
Un mundo mejor. Javier Fernández Jiménez
Crónicas venusianas. Félix Díaz González
El elegido. Susana Corcuera
Los viejos de todos los tiempos. Salvador Robles Miras
Tres metros bajo el suelo. Elena Marqués
KindCare. Juanje López
GH39. Javier Martos
233º Celsius. Pedro Pujante
El hombre sin cuerpo. Edward Page Mitchell
Ellos no tienen miedo. Marisa Alemany
El último escudo. Francisco Javier Masegosa Ávila
Preludio a Nueva África. Eduardo Higueras Ledesma
El ombligo del mundo, 2055. Jorge Majfud
Deportados. Julio Rueda Suarez .
Rumbo al oeste. Aleksandr Beliáev
Mi mujer es un Cyborg. Alberto Chimal
El suero de la vida. Joan Llensa
Larga vida al CEO. José Ramón Fernández
El mifps. Ana María Shua
Un sueño lunar. Pedro Amorós
Luna 21. José G. Cordonié.
La posición horizontal. Francisco Legaz.
Juego de guerra. Philip K. Dick
La nave espacial escoñada con un tripulante dentro. Andrés
Fornells
Madrid-Nación. Víctor Bórquez .
Última noche en el Jardín del Edén. Pedro
López Manzano.
Expedición más allá de los sistemas conocidos.
José Luis Ordóñez.
Saqqara. Kalton Harold Bruhl.
El precio de las gemas. Sergio Gaut vel Hartman.
Dos relojes. Isaac Belmar.
OPA Hostil. Joseba Iturrate
En un futuro incierto. José Isbert
Rahom Tabucchi. Teresa Galeote
Holópolis. Rubén Serrano .
Órbita. Arthur C. Clarke y Stephen Baxter
El espectador. David Navarro
Tiempo lóbrego. Ana Mª Coelho
La rebelión de las letras. Lucía del Mar Pérez
Enuma Elish. Raúl Hernández Garrido
El picnic de un millón de años. Ray Bradbury
Aceleración final. Juan Vivancos Antón
La rosa de los tiempos. Isabel Lizárraga Vizcarra
Sesenta años después. Kir Bulychiov
Sobre los 100 números de Narrativa Irreverente. Miguel
Ángel de Rus
AUTORES DE 2099
58 destacados escritores de 14 países
(EEUU, Inglaterra, Rusia, España, Cuba, Brasil, México,
Chile, Colombia, Francia, Venezuela, Uruguay, Argentina y Honduras)
Ray Bradbury, Philip K. Dick, Arthur C. Clarke, Kir Bulychiov,
Aleksandr Beliaev, Edward Page Mitchell, Jules Verne, Carlos Sáiz
Cidoncha, Eduardo Vaquerizo, Nelson Verástegui, Manuel
Villa-Mabela, Mar Cueto, Pablo Vázquez, Jesús Yébenes
Montemayor, Francisco Javier Illán Vivas, Santiago Bergantinhos,
Joaquín Lloréns, Francisco José Segovia Ramos,
Javier Fernández Jiménez, Félix Díaz,
Salvador Robles, Susana Corcuera, Elena Marqués, Juanje
Lopez, Javier Martos, Pedro Pujante, Marisa Alemany, Francisco
Javier Masegosa, Eduardo Higueras, Jorge Majfud, Julio Rueda,
Pedro López Manzano, Alberto Chimal, Joan Llensa, Ana María
Shua, Pedro Amorós, José G. Cordonié, Francisco
Legaz, Andrés Fornells, Víctor Bórquez, José
Luis Ordóñez, Kalton Harold Bruhl, Sergio Gaut vel
Hartman, Isaac Belmar, Joseba Iturrate, José Ramón
Fernández, José Isbert, Teresa Galeote, Rubén
Serrano, Erick Mota, Stephen Baxter, David Navarro, Lucía
del Mar Pérez, Ana Mª Coelho, Raúl Hernández
Garrido, Isabel Lizarraga Vizcarra, Juan Vivancos Antón
y Miguel Ángel de Rus.
La edición literaria de esta Antología de Ciencia
Ficción ha corrido a cargo de Miguel Ángel de Rus
y Félix Díaz González.
PRÓLOGO: ¿QUÉ ES LA CIENCIA
FICCIÓN? (por FÉLIX DÍAZ GONZÁLEZ)
He querido titular este prólogo
de la mejor antología de ciencia ficción hispana
e internacional con la pregunta tópica. Pero
no pienso responderla desde un punto de vista literario, sino
como escritor y como lector; dejo el otro trabajo a los especialistas
de humanidades. Me limitaré, así, a explorar un
poco sus límites, sin mayores pretensiones.
La ciencia ficción es un subgénero de la literatura
de ficción, que nace como tal en la década de los
años 20 del pasado siglo; el nombre, que proviene del inglés
«science fiction», indica a las claras que se trata
de relatos de ficción con un enfoque científico.
Eso la distingue de otras ramas, como la fantasía o la
literatura de terror.
Suele decirse que la ciencia ficción transcurre en un
entorno más o menos especulativo, normalmente del futuro,
cuyos escenarios sean creíbles a la luz de las ciencias
actuales. El tópico habitual se refiere a viajes espaciales
y nuevas tecnologías. Pero no tiene por qué ser
así exactamente. Si en una novela ambientada en el presente,
o incluso en el pasado, se incluyen vampiros y hombres-lobo, todo
el mundo estará de acuerdo en calificarla de género
de terror; si, en vez de ello contiene referencias a extraterrestres,
será calificada de ciencia ficción. Pues bien, ¿y
si la única peculiaridad de la obra es que transcurre en
una Inglaterra dominada por la España de Felipe II? ¡También
es ciencia ficción! Se tratará de un género
menos conocido, el de las ucronías, ahora en auge
en donde se exploran las posibilidades de lo que ocurriría
cambiando un determinado hecho histórico (en el caso aludido,
que la Armada Invencible lograra su objetivo).
Pongo otro ejemplo. Hace unos años leí una novela
ambientada en plena Guerra Fría, en la que un almirante
de los EEUU decide buscar la forma de provocar huracanes a fin
de acabar con el régimen castrista; reactor nuclear frente
a las costas de Virginia, lo que provoca alteraciones del clima
que llevan a una enorme tormenta de nieve sobre la costa Este.
En la solapa se describe la novela como una obra de ficción
política y de acción, con los escenarios en altas
esferas típicos de los espías; dice, además,
«que no pertenece a la ciencia ficción».
Yo no coincido, se trata de ciencia ficción, pues especula
con lo que podría ocurrir si el clima se manipula. Lo de
menos es si aparecen o no científicos, que ese es otro
de los tópicos de la ciencia ficción. Los géneros
se pueden mezclar, y muchas veces con grandes resultados. «Soy
Leyenda» es tanto una novela de terror como de ciencia ficción:
la supervivencia de un hombre solo en un mundo infectado por una
terrible epidemia. «Bóvedas de Acero» y «El
Sol Desnudo», describen las investigaciones de un policía
en sendos casos de asesinato, en un escenario donde los robots
son omnipresentes y un colectivo de viajeros espaciales mantiene
subyugada a la Tierra de la que proceden.
Y al revés. «La Mano Izquierda de la Oscuridad»
es un estudio filosófico y psicológico del comportamiento
humano, especialmente de los tópicos sexuales; pero es
también el emocionante relato del encuentro entre un terrestre
y una especie alienígena, en un mundo extraño.
Otro aspecto de la ciencia ficción, y muy discutido por
cierto, es su grado de verosimilitud, de exactitud científica:
que esté de acuerdo con la ciencia establecida. Se habla
así de ciencia ficción rigurosa, o dura («hard
science fiction») para el género que se atiene a
las exigencias de la ciencia (incluyendo la imposibilidad de viajar
a mayor velocidad que la luz, algo que se obvia en las series
de Star Wars o Star Trek); en contra, tenemos la ciencia ficción
«blanda» que acepta incluso fantasías más
propias de las pseudociencias, como por ejemplo la telepatía.
Eso sin llegar a las mezclas claras entre géneros, como
cuando se combinan viajes espaciales (¡como si eso tuviera
gran importancia!).
Queda por analizar el último tópico de la ciencia
ficción: la supuesta capacidad de predicción.
Jules Verne fue capaz de prever el viaje a la Luna, incluso con
una gran precisión. Isaac Asimov desarrolló y dio
leyes a la ciencia de la robótica inventada por Carel Kapec.
Y así, podría mencionar a unos cuantos «futurólogos»;
pero a la vez, estaría dejando fuera a aquellos cuyas predicciones
no se han cumplido, los que no acertaron ni una, ¡que son
mayoría!
En mi juventud, recuerdo que se hablaba del siglo XXI como de
una época maravillosa, con inventos increíbles;
y lo cierto es que tenemos inventos increíbles, pero la
época no tiene mucho de maravillosa. Por ejemplo, cualquier
película ambientada más allá del año
2000 hablaba de coches voladores; pero, por más que he
buscado el mando correcto, aún no he conseguido que mi
coche se eche a volar. Tampoco he visto ni uno solo volando, sólo
lo habitual: aviones y helicópteros. Y pájaros,
claro está. En una serie de los años 60 del
siglo pasado, era habitual que la gente del futuro llevara teléfonos
con pantalla de pulsera; hoy podrían existir, ¡pero
han de ser incomodísimos, con un teclado que no se podría
tocar con los dedos! Tampoco tengo yo un robot que me ayude en
la casa, y de hecho los robots que existen no tienen aspecto antropomorfo.
Y ¡lo peor!, no tengo ni la menor posibilidad de comprar
un pasaje en una nave espacial para irme de fin de semana a la
Luna o Marte.
Al mismo tiempo, casi nadie fue capaz de prever el enorme desarrollo
de la electrónica de consumo: dispositivos minúsculos
que nos permiten llevar la música a todas partes (para
molestia de quienes estén cerca, y a veces no tan cerca),
teléfonos inalámbricos gracias a los cuales nos
pueden localizar en todo momento (por ejemplo en el cine o en
clase), ordenadores tan baratos y ligeros que los podemos llevar
a todas partes, ¡y que además se conectan con cualquier
parte del mundo! (permitiendo conversar sobre banalidades con
desconocidos de Berlín, Buenos Aires o Sydney).
Lo de los ordenadores es un buen ejemplo de la supuesta capacidad
de predicción de la ciencia ficción. A mediados
del pasado siglo, se decía que cualquier computadora del
futuro sería enorme, eso sí con grandes capacidades.
Pero siempre sería muy cara, y ocupando grandes espacios.
Pues bien, en mi casa hay ahora mismo unos cuatro ordenadores
(incluyendo portátiles), no me considero precisamente una
persona adinerada, ni tengo una vivienda lo que se dice grande.
En el lugar donde trabajo el número de ordenadores es sensiblemente
mayor, ¡y ni siquiera es una oficina!
Y casi nadie fue capaz de prever Internet; quien más se
acercó fue Arthur Clarke, pero él pensó en
una interconexión de las redes de telefonía. La
revolución que nos han traído los ordenadores e
Internet podría haber sido un buen tema de ciencia ficción
para el pasado siglo, y a quien lo hubiera escrito se le alabaría
hoy por sus dotes de predicción
¡pero no existe!
(o al menos, yo no lo conozco).
Para terminar, en fin, ¿qué es la ciencia ficción?
Es literatura para disfrutar. No se agobien con definiciones ni
estereotipos y limítense a gozar de estos textos.
Tienen en sus manos el nº 100 de la Colección Narrativas
de Ediciones Irreverentes. Y para la ocasión, hemos seleccionado
la mejor recopilación de autores hispanos, anglosajones
y de otros países. Inclusive, ¡tenemos obras de Philip
K. Dick, Arthur C. Clarke, Jules Verne, Kir Bulychiov, Stephen
Baxter, Edward Page Mitchell y Aleksandr Beliaev, entre otros!
Que los disfruten.
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